viernes, 16 de febrero de 2007

Juan José Hernández Hernández

Pese a la misión institucional del Dif-Tabasco de proteger a la familia,la administración pasada y su exdirectora, Ana Beatriz Peralta Hernández, en contubernio con el subdelegado sindical Lázaro Hernández Pérez, se opusieron durante nueve año a la promoción escalafonaria de 960 trabajadores que reclaman ser tomados en cuenta para avanzar en el espacio de las categorías al interior del gobierno del Estado.

Y aunque parezca increíble el único ascendido en ese lapso es nada menos que el subdelegado sindical, Lázaro Hernández Pérez, debido a que de forma descarada se prestó al juegos de intereses del dirigente (autoreelegido)de la burocracia tabasqueña, Juan Alcudia Pérez, al que sirve de “lleva y trae”, según denuncia de una representación de los trabajadores del Dif-Tabasco, cuya identidad pidieron se reservara.

Lázaro Hernández Pérez, “ganó” el ascenso debido a su habilidad para arrastrarse, lo que siempre aprovechò la exdirectora del Dif-Tabasco, Ana Beatriz Peralta Pérez, quien aprovechandosè del subdelegado desleal para atropellar los derechos de los trabajadores.

De acuerdo con pruebas fotostáticas entregadas al reportero, Lázaro Hernández tenía asignado en 2005,con categoría de profesionista, un salario quincenal de 1,702.95 con un alcance liquido de 1,530 pesos con 25 centavos, luego de deducciones por un total de 172 pesos con 70 centavos.

El año pasado –2006- Lázaro Hernández fue recategorizado de manera impresionante hacia técnico en trabajo social con un salario de 5 mil 664 pesos 95 centavos, los que importan descuentos por 977 pesos con 40 centavos, de manera que cada quincena su salario pasò de 1,530 pesos a 4,687 pesos con 85 centavos.

Los irritados denunciantes dicen que la delegada formal “nada tiene qué ver” en este manejo, “porque nadie la toma encuenta en el Dif-Tabasco” y porque la exdirectora, Ana Beatriz Peralta Hernández, “prefiriò transar en lo oscurito con Lázaro Hernández”, quien ahora, engolosinado con el poder económico, quiere ser delegado sindical en la institución, parcela de poder que, según anda diciendo, le ha prometido su padrino Juan Alcudia Pérez, -quien se ha autoreelegido-.

Dicen los denunciantes que “Lázaro es un descarado, porque además de vendernos para que no figuremos en el escalafón, ahora quiere todo el pastel para seguir pisoteando nuestros derechos y vender las plazas del Dif-Tabasco a familiares y amigos que nada tienen que ver con la institución”.

Es por eso que solicitan la urgente intervención del gobernador del Estado, Andrès Granier y
de su señora esposa, Teresa Calles de Granier y del director General, Luis Manuel Hernández Govea para que detengan esa red de complicidad que se avenido dando desde las administraciones pasadas de la propia dirección del Dif-Tabasco.